dissabte, 1 de desembre del 2012

Arquitectura minimalista


Sobre el origen de la arquitectura minimalista se puede decir es una versión corregida y extremada del racionalismo y de la abstracción con que las artes responden a la aparición revolucionaria de la industria a finales del s. XIX. La nueva arquitectura rechazaba la tradición de estilos que habían constituido durante siglos su repertorio constructivo, en un intento de evitar todo simbolismo y subjetivismo. El destino final es obtener la forma elemental y universal.
Otros consideran que el minimalismo es el penúltimo estadio del clasicismo que recorre la cultura occidental. En este sentido está la influencia que la sobria arquitectura japonesa tiene sobre muchos diseñadores e interioristas occidentales contemporáneos. Es conocido el impacto que tuvo la presencia del sencillo pabellón japonés Ho-o-den en la Exposición Universal de Chicago de 1893.

Sin embargo, el minimalismo arquitectónico propiamente dicho surge a finales de la década del 60 en Nueva York, pero sus orígenes están anclados en Europa, en las primeras ideas del arquitecto alemán Ludwig Mies Van Der Rohe, uno de los arquitectos más influentes del siglo XX.

En los años 60, Mies Van Der Rohe participa en Nueva York del movimiento del arte mínimo y geométrico en las artes visuales. Su versión del racionalismo y posteriormente del funcionalismo, se han convertido en modelos para el resto de los profesionales de su siglo. A lo largo de su vida profesional luchó por conseguir una arquitectura de carácter universal y simple, que fuese honesta en el empleo de los materiales y en las estructuras. Su obra se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales, pero su poética radica en la sutil maestría de las proporciones y en la elegancia exquisita de los materiales (en ocasiones empleó mármol, ónice, travertino, acero cromado, bronce o maderas nobles), rematados siempre con gran precisión en los detalles.
Su influencia se podría resumir en una frase que él mismo dictó y que se ha convertido en el lema de la arquitectura de vanguardia de la primera mitad del Siglo XX, la famosa: "menos es más".

Ya en la década del 70, el minimalismo alcanza su madurez como una forma de reacción a los estilos recargados de la época (como el pop art) y la saturación comunicacional dentro del universo estético. 

Pabellón Alemán, diseñado por Mies Van de Rohe en motivo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Fue demolido en 1930 y reconstruido en 1986.

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